El uso del agua fría, como medio
higiénico y curativo, no es nuevo pues es grande el valor que todas las
naciones le han dado en diversas épocas.
La hidroterapia se realiza en la
antigua Grecia, siendo su máximo apogeo
en el imperio romano, las aguas
termales de Diocleciano y Trajano son mudos testigos de esto.
(Imagen de la reconstrucción de las Termas de Trajano)
(Imagen de la reconstrucción de las Termas de Trajano)
En Grecia el uso del
agua formaba parte de la adoración a Esculapio, el dios griego de la medicina de
ahí que los balnearios se denominasen asclepias.
Eran lugar de peregrinación para muchos enfermos, que eran tratados por
sacerdotes descendientes de Asclepio aplicando distintas técnicas
hidroterápicas. Estos templos de curación se construían en zonas termales
consideradas benditas por los dioses... la fe era la base de la curación.. La
hidroterapia formaba parte de procedimientos corrientes de la población griega,
con el fin de reestablecer la salud. Pitágoras recomendaba
mucho a sus discípulos el uso de los baños fríos para fortificar el cuerpo y el
talento. El gran Hipócrates o
sea el padre de la medicina, que añadió las frotaciones en el baño frío, estaba
acostumbrado a usar el agua en la curación de las enfermedades mas graves y fue
el primero que con su genio profundo y observador notó que el uso del agua
caliente enfriaba, mientras la fría calentaba. Galeno (129-199 dc) también
aportó con las recomendaciones del uso del agua fría, así como sus indicaciones
y contraindicaciones. Hipócrates y Galeno le dan un marco verdaderamente revolucionario
a la medicina de esta época, dándole un perfil objetivo y sistemático a sus
observaciones.
El empleo adecuado del agua era
muy importante, pues tanto la técnica como la frecuencia eran esenciales para
la curación. Una mala utilización podía ser perjudicial para el enfermo.
Durante ésta época las técnicas
de aplicación eran muy variadas: chorros, baños de vapor, compresas húmedas
calientes, aplicaciones de barro y fango, todas ellas utilizadas hoy en día en
los más modernos balnearios.
En Roma, el emperador Cesar augusto fue curado de una enfermedad
grave por el esclavo Antonio Musa. De esta forma por orden del mismo, se
construyó instalaciones de baños públicos (balneoterapia), para de esta forma
los ciudadanos gocen de la salud preventiva.
(Imagen de las Termas de Caracala)
Esta época se caracteriza por la existencia de termas publicas en casi
todas las grandes ciudades, destacando las extraordinarias construcciones
arquitectónicas que las albergaban.
Al igual que su imperio, la
cultura termal fue extendiéndose por toda Europa, llegando hasta Galicia, lugar
en el que los romanos encontraron un paraíso termal.

Haciendo referencia a alguno de
los escritores más importantes de la época, nos encontramos con Plinio. En su libro 'Historia Natural'
hace referencia a manantiales ferruginosos, describiendo su sabor y sus
características curativas. Vitrubio dividió las fuentes en sulfurosas,
aluminosas, saladas y bituminosas y también decía que todas las fuentes de agua
caliente tenían virtudes medicinales otorgadas por la tierra, que calentaba el
agua cocinando los minerales y dándole una nueva fuerza distinta a la normal.
Las técnicas hidroterápicas eran
similares a las griegas, buscando el equilibrio del cuerpo que estaba alterado
causando la enfermedad, Las aplicaciones más comunes eran para dolores
reumáticos, aguas que curaban los ojos o que limpiaban las vísceras.
Los macedonios creían que el agua caliente
era muy enervante y así es que prescribían a sus mujeres se lavasen con agua
fría después de paridas.
Carlomagno,
sabedor de la salubridad de los mismos baños animaba a todos los de su imperio
al uso de ellos e introdujo en la corte por vía de diversión la costumbre de
nadar.
En la Edad Media, el Islam
consideraba la hidroterapia como algo prestigioso, Mahoma le daba mucha
importancia a la higiene y los cuidados corporales a través del agua. Rhazes y
sobre todo Avicena (en el canon de la medicina), considerado el mayor medico de
lengua árabe, desarrollaron la hidroterapia como técnica de aplicación en forma
de baños, bebidas y aplicaciones locales en quemaduras, viruela y hemorragias.
La hidroterapia cae en el olvido en la Europa cristiana se da un paso atrás, se abandona el culto al cuerpo y a la higiene, y los conocimientos adquiridos en todos estos años atrás son encerrados en los monasterios y olvidados.
La hidroterapia cae en el olvido en la Europa cristiana se da un paso atrás, se abandona el culto al cuerpo y a la higiene, y los conocimientos adquiridos en todos estos años atrás son encerrados en los monasterios y olvidados.
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